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En pleno siglo XXI la homosexualidad sigue siendo condenada por algunos miembros de la sociedad, pero a una joven, de 21 años, sus padres junto con los miembros de la Iglesia Mormona, la torturaron por declararse abiertamente lesbiana.
Alex Cooper, sufrió maltrato y fanatismo de sus padres por esta religión, por lo que le fue muy difícil hablar de sus preferencias sexuales. Cuando a los 15 años decidió revelar su gusto por las chicas, en lugar de apoyo, recibió crueles castigos.
Primero, su propia familia la sometió a una ‘terapia de conversión’, con la que esperaban que Alex volviera a la normalidad y al camino del bien. Dado que este método no dio resultados, decidieron mandarla con una pareja mormona que le hicieron vivir una pesadilla.
Para “curar su enfermedad”, la obligaban a pararse frente a la pared por un máximo de 18 horas, mientras cargaba una mochila llena de piedras, incluso, el hombre se atrevió a golpearla cuando quiso escapar.
Luego del evidente rechazo, Cooper intentó suicidarse hasta que un grupo de amigos y sus abogados, lograron que sus padres no la sometieran más a este tipo de maltrato medieval.
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