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Nacionales-Fue hasta los dos años de edad que Ariana, una niña de piel morena y ojos grandes, pudo escuchar por primera vez la voz de su mamá Itzel, una joven de apenas 18 años de edad.
Cuentan que la primera reacción de la menor fue llorar y sorprenderse de un nuevo mundo lleno de ruido. A los seis días de nacida el diagnóstico fue poco alentador: Ariana padecía de sordera profunda bilateral, le era imposible percibir cualquier ruido y comenzó a vivir el silencio absoluto.
La historia cambió. Ariana fue una de las dos beneficiadas con el implante coclear que coloca el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, en el Estado de México, perteneciente a la Secretaría de Salud (Ssa).
De acuerdo con la audióloga Marisol Aparicio, la solución fue colocarle a Ariana un conjunto de electrodos encargados de enviar señales al nervio auditivo. Además, se le implantaron micrófonos cables y una antena para que pudiera escuchar.
Esos son los componentes del implante coclear, un dispositivo electrónico de alta tecnología que transforma las señales acústicas en eléctricas, las cuales estimulan el nervio auditivo, utilizados en pacientes con hipoacusia neurosensorial profunda bilateral.
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