NACIONAL.-‘No estaba muerto, andaba de parranda’, esta frase describe a la perfección la historia de Miguel Ángel de Gomar de Luna, quien fue dado por muerto, pero después de dos meses de su funeral, regresó a casa y les dio un susto de muerte a sus familiares.
Resulta que el anciano escapó de su casa de reposo en Ciudad Juárez para ponerse una borrachera y no volver a su hogar. Ante la alerta de desaparición, la policía local encontró un cuerpo en descomposición cuyas características eran similares a las de Miguel.
Una vez que la familia confirmó su identidad -con algunas dudas por parte de la hija- el cadáver fue incinerado.
Durante el tiempo que todo lo anterior ocurría, el verdadero Miguel vivió en la calle mendigando y gastando todo en alcohol. Fue tanta su adicción que fue hospitalizado en el centro de salud, el cual dio aviso a los familiares.
Medios locales aseguran que la familia experimentó un shock enorme cuando confirmaron que Miguel estaba vivo, pero ese no es el único problema, también deben ‘revivirlo’ oficialmente, lo que se traduce en un viacrucis burocrático porque ante las autoridades está muerto.